De Dios hemos recibido muchos regalos, el don de la vida, la amistad, la familia, incluso el don sagrado de la fe…
Sin embargo, pocos saben que varios de los regalos más valiosos e importantes de Dios se reciben con un paquete especial llamado «bautismo».
Si, el hacerse bautizar no solo es un regalo sino un paquete especial que incluye varios regalos. ¿Quieres saber que incluye ese paquete valiosísimo?

El primer regalo se llama «derechos filiales», ¿Que es esto? Bueno, comúnmente se dice que todos somos hijos de Dios, y en parte es verdad porque nuestro origen común es Dios pero imagina por un momento lo siguiente: Una pareja procrea hijos y no los registran en lo civil. Supón que los padres tienen propiedades y lamentablemente fallecen. ¿Tendrán estos hijos no reconocidos ante el registro civil los mismos derechos que si hubieran estado registrados? Seguro no, y quizá accedan tras unr largo juicio.
Pues bien, el bautismo es ese «registro» dónde adquieres plenamente tus derechos de hijo o hija: derechos filiales. Bautizados ya, podemos decir entonces «que no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos» (1 jn 3,1)
Cualquiera puede rezar el Padre nuestro, pero el que ha sido bautizado correctamente, lo puede hacer con la confianza de ser verdaderamente hija o hijo reconocido, dirigiéndose a su padre.
Entre los derechos adquiridos por citar algunos están incluso la oportunidad de poder ganar herencia. «Y al ser hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo» (Rm 8,17). ¡Un gran reino nos espera en herencia!
Junto esa herencia que por supuesto se da en vida está incluida otro regalo: la visa especial pues «solo quien nace del agua y del Espíritu puede acceder al Reino de Dios». (Jn 3,5)

Lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame. Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve. (Salmo 51,4.9)
Otro gran y enorme regalo, es el «borrón y cuenta nueva», el saldo de toda deuda espiritual. Es difícil comprender la misericordia de Dios pero está es real y verdadera, quien recibe el bautismo, nace de nuevo y sus pecados pasados le son perdonados. Mejor aún sus pecados futuros tendrán posibilidad de ser perdonados a través del sacramento de la reconciliación.
Hasta aquí quizá el perdón de los pecados y la vida eterna hubieran sido suficientes, pero Dios rico en misericordia nos da aún más con el bautismo.
También nos da una familia, la iglesia que como muchas familias tiene sus altibajos, luces y sombras pero al final nos ofrece que podamos pedir que los demás, nuestros hermanos y hermanas en la fe, intercedan y oren por nosotros, nos auxilien en necesidades espirituales y materiales. No, la iglesia peregrina no es perfecta, lo sabemos, es más bien un hospital donde quizá los médicos y enfermeras también son seres humanos que pueden enfermarse pero que desde sus posibilidades intentan también ayudarnos. ¿Dejarías ir con un médico que tenga alguna enfermedad no contagiosa, pero que es un buen médico y puede ayudarte a aliviar tu enfermedad?
Ten en cuenta que la gracia y misericordia de Dios supera y actúa aún a pesar de los pecados y fallas de las personas, especialmente los ministros consagrados.

Otro valioso regalo, por si no fueran ya suficientes, es que el bautismo nos hace «hermanos de Cristo», aquellas gracias y promesas que nuestro hermano mayor, Señor y salvador nos trajo, podemos pedirlas, reclamarlas en el sentido positivo de la palabra, para nosotros. Cualquiera bautizado o no puede venir a Cristo, pero bautizarnos es aceptar su persona, su mensaje, su Señorío y así poder acercarnos con la confianza de no serle lejanos ni desconocidos, sino hermanos, hijos del mismo Padre.
Y aún no es todo, el bautismo es la llave que abre nuestra puerta interior al Espíritu Santo. Gracias a Él podemos recibir la fuerza de lo Alto, y multitud de gracias y dones para vivir en paz, gracia, alegria y santidad. Nos permite conocer más a Dios y suplir o superar nuestras carencias humanas. El Espíritu Santo logra en nosotros las cosas buenas que solos por nuestras fuerzas no podríamos nunca conseguir.
Sin duda hay mas regalos pero estos deberían ser suficientes para que si no has recibido el bautismo, hagas los trámites y tomes las catequesis (enseñanzas) con fe y paciencia para recibirlo. Y si ya estás bautizado revalores este don, este paquete especial de regalos y derechos que has recibido.
Para más de uno puede ser muy simplista, pero Dios en su misericordia suele esconder sus gracias en lo sencillo para que los humildes de corazón puedan siempre acceder a sus dones.
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